martes, 29 de mayo de 2018

Junio 2018. Headhuntes de Jo Nesbo



Este mes nos toca novela de género.

A veces estar en lo más alto no es suficiente. El ambicioso y cautivador Roger Brown parece haber logrado todo lo que un hombre puede desear: ser el mejor en su trabajo como headhunter (cazatalentos) para empresas, estar casado con una culta y bella mujer responsable de una galería de arte, vivir en una lujosa y elegante casa… Sin embargo, la codicia y el deseo de riqueza obligan a Roger a correr algunos riesgos, como por ejemplo: robar obras de arte.

Headhunter es una gran novela de Jo Nesbo que nos demuestra que su autor tiene vida más allá de Harry Pole. Si te gustan las buenas historias llenas de intrigas y aventuras y muy bien escritas, este es tu libro.

Jo Nesbo se aleja de la serie del inspector Harry Hole para contarnos las aventuras de otro hombre singular, Roger Brown un cazatalentos con una afición muy particular.

Headhunter está contada en primera persona por el propio Roger así que desde el primer momento nos metemos de lleno en la mente de este cazatalentos empresarial. Es un hombre que se caracteriza por su buena planta aunque su estatura, no es muy alto en un país donde los hombres generalmente lo son, le ha marcado un poco. No llega a ser un complejo terrible pero hace que en ocasiones sus decisiones no sean del todo objetivas. Está casado con Diana,  una hermosa mujer de su propio país, a la que conoció mientras estudiaba en Londres, y de la que está terriblemente enamorado –por eso su único momento de infidelidad no salió bien y le demostró que no puede engañar al amor de su vida. Trabaja como cazatalentos de altos vuelos, lo que quiere decir que es el encargado de buscar a las mejores empresas de su país directivos de prestigio. Es muy bueno en lo que hace porque conoce a la gente, sabe manejarla y es capaz de sacar lo mejor de ella.

Podemos decir que Roger lo tiene todo: una casa enorme, una mujer hermosa que lo quiere, un trabajo en el que es muy bueno, sino el mejor, pero aún así no es suficiente porque el amor por Diana, que ha montado una galería de arte que solo da pérdidas, le lleva a buscar un segundo empleo: ladrón de obras de arte.

La primera impresión que tenemos de esta novela es el resultado de un accidente donde Roger nos cuenta que hay un brazo cercenado en el suelo, sangre, y los restos de  retorcido coche. No sabemos quiénes van dentro, salvo el mismo protagonista, cómo han llegado a esa situación, si esta escena es el final de la novela o solo un capítulo más… Todas las dudas que tenemos ya desde la primera página hacen que la historia casi se lea de un tirón porque esa expectación se mantiene e incluso crece desde el mismo momento en que los personajes han tomado posiciones y todo se convierte en una lucha entre una presa y un cazador. El resultado es tan difuso que es casi imposible ver cómo acabará todo, no solo por los giros argumentales que salpican la historia sino porque su autor nos muestra un pequeño retazo de una escena pero no su resultado así que no sabemos qué pasará. El futuro de los personajes pende de un hilo y no queda claro qué les ocurrirá. Este es uno de los puntos fuerte de esta novela, lo poco previsible que puede llegar a ser, podemos hacer cábalas, meditar cómo será el final, cómo acabará una escena pero seguro que acabamos sorprendidos por las decisiones de Roger que demuestra que es todo un maestro en conocer las fortalezas y debilidades de la gente.
Es precisamente Roger Brown quien hace que la novela sea tan buena. Es un muy buen personaje, que sostiene toda la trama desde el principio no dejando que decaiga en ningún momento. Me ha gustado, y eso que es un ladrón, aunque sea de altos vuelos. Pero ese segundo trabajo se llega a comprender e incluso perdonar cuando entendemos por qué lo hace. Todo por su mujer a la que adora. Quizá por eso es tan incomprensible que tuviera una amante, porque por Diana y por su felicidad está dispuesto a arriesgar todo lo que tiene.

Como personajes secundarios está la propia mujer, la amante, un candidato para presidir una exitosa empresa, un policía bien vestido, un compinche enamorado de una prostituta y un compañero simpático pero celoso de las cualidades de Roger. No hay más, y no hace falta.
En cuanto a la manera de narrar, estupenda. El autor sabe manejar muy bien la parte más dura de la vida con la más graciosa. Personalmente me encanta el humor  irónico que hay en diversos momentos que por muy trágicos que sean te llevan a sonreír.

Nos vemos el próximo martes 19 de junio, a las 20 h, en la sede de la Biblioteca Municipal. Edificio Azarbe.

domingo, 13 de mayo de 2018

Mayo 2018, Hasta que me orinen los perros, de Fernando Ampuero





Con la intensidad y el humor que caracterizan su narrativa, Fernando Ampuero nos brinda en su última novela una apasionante historia sobre la persecución de la felicidad cuando ésta sólo puede suceder en los límites de la moralidad.

Alberto y Rosa viven en un humilde barrio en los cerros que rodean la ciudad de Lima. No atraviesan un buen momento económico y a Alberto, que se gana la vida como taxista, acaban de robarle el coche. En su intento por salir del aprieto pide ayuda a Raimundo, otro taxista del que ha oído decir que participa de un singular negocio paralelo: recoger pasajeros borrachos, esperar a que se duerman en el trayecto y entregarlos con sus pertenencias a distintos grupos de ladrones a cambio de una comisión. La desenvoltura y prudencia de Alberto pronto le granjean el respeto de los compañeros implicados en el negocio, hasta el punto de que su liderazgo rivaliza con el de Raimundo. Sus ingresos extraordinarios han resuelto el problema económico y le han permitido hacerse con otro vehículo, pero despiertan la suspicacia de Rosa, su esposa, una honesta y esforzada mujer policía que trata de medrar en la jerarquía del cuerpo. Aprovechando una estancia de Raimundo en el hospital (el hermano de una de sus víctimas ha dado con el taxista y le ha propinado una paliza), Alberto reestructura el negocio: alquila un local y propone al grupo hacerse cargo del circuito completo, asumir el «desvalijado» de las víctimas (efectivo, objetos de valor, tarjetas), lo que implica aumentar la plantilla y encargar a alguien el trabajo sucio de la obtención de las claves de las tarjetas, mediante torturas si fuera necesario. Las cosas se complicarán cuando descubran que el nuevo «socio» se apropia de una parte de las ganancias. 

Nos vemos el próximo martes 15 a las 10 h en la sede de la Biblioteca Municipal de Zaratán, Edificio Azarbe.